¡NO PUEDO AHORRAR!

María es madre soltera de dos adolescentes, ambos colegiales. Ella lleva doce años de laborar para una empresa transnacional, a lo largo de los años, conforme estos pasaban, ella se sentía más estable en su lugar de trabajo, el cual ofrecía buenos beneficios laborales a sus empleados, además de los beneficios de ley. Sin embargo, ante los cambios de entorno, la empresa decide reorganizarse, y un viernes por la tarde, a María le informan que ha sido despedida, que le darán su liquidación.

Ahora debo ahorrar

María llega ese día a su casa totalmente abatida por la noticia, le comenta la situación a su mamá, y trata junto con de ella, de explicarle a sus hijos que su situación ha cambiado.

Deberán ahorrar, es decir deberán gastar menos, pensar mejor los gastos, tendrán que salir menos al cine y a comer fuera de casa, también les explica a sus hijos que las salidas con sus amigos deberán ser más restringidas y que está valorando el traslado de ellos del colegio privado a donde asisten, a un colegio público. En resumen, les dijo María a sus hijos: “ahora estamos en plan de ahorro

María no cuenta con más que su liquidación, pues consideraba que el trabajo lo tendría por siempre, y que con este cubría muy bien todos sus gastos y algunos “caprichos”, máxime que contaba con su tarjeta de crédito para cubrir cualquier emergencia. Además, su tarjeta le permitía hacer pagos mínimos al saldo, los que no representaban un monto importante con relación al total de la deuda, la cual iba en aumento.

María nunca se preocupó por ahorrar, pensaba que con su salario tenía una fuente “segura y fija” de ingresos, y que, con su tarjeta de crédito, saldría delante de cualquier apuro. Haciendo un balance de su situación, ahora María encuentra que, si bien cuenta con la liquidación del despido, tendrá que “estirarla” hasta que consiga un nuevo trabajo y además que con estos recursos deberá hacer frente a sus deudas.

Las deudas

María no había caído en cuenta que el saldo de su tarjeta de crédito era considerable, y esto no era de extrañar, pues a lo largo del tiempo no ha realizado más que el pago mínimo de la tarjeta y este no ha contribuido a disminuir el saldo de su deuda, más bien ha notado que este saldo ha aumentado significativamente.

María, acostumbraba a hacer el pago mínimo, no ha hecho más que pagar intereses, y un mínimo aporte al saldo de la deuda, si a esto sumamos que María hace un uso frecuente de la tarjeta, concluimos que ella está muy endeudada. 

Pareciera raro que, hasta ahora, María piense en ahorrar, considerando que antes tenía de un ingreso fijo, que llegaba cada quincena, y justo en este momento que ya no lo recibe, piensa que puede, o debe hacerlo.

El ahorro, no debe ser una condición impuesta por una situación difícil, debería ser un hábito que más bien nos prepare para este tipo de situación. ¿Será que necesitamos que nos despidan del trabajo para empezar ahorrar? o más bien, cuando disponemos de cierto ingreso, ¿es que deberíamos pensar en hacer un ahorro?

La respuesta parece obvia, es decir, usted no necesita que lo despidan del trabajo para empezar a ahorrar, usted necesita empezar su ahorro antes de que eso, o cualquier otra cosa que afecte sus finanzas suceda.

Mentalidad de ahorro

Usted necesita ahorrar, simplemente porque esto es parte de una estrategia para tener unas finanzas sanas. Tener una proyección a futuro, ver más allá del hoy, y utilizar el dinero de la forma más provechosa es la razón por la que ahorramos.

No necesita ahorrar grandes cantidades, puede empezar por una suma modesta, lo importante es hacer del ahorro un hábito. Usted nunca se arrepentirá de este hábito, máxime cuando vea los frutos de su esfuerzo.

El ahorro es más que guardar dinero, es una actitud, es mantener un presupuesto aferrarse a él, eliminar gastos superfluos, hacer compras inteligentes, comprar lo necesario, e incluso   cancelar deudas, sí cancelar deudas, porque en la medida que cancelamos deudas, eliminamos el origen del costo que significan los intereses que pagamos por esas deudas, y devolvemos liquidez a nuestros bolsillos.

Existen técnicas para salir de deudas las cuales son efectivas para este fin y parten del principio de ahorro.

Cuando ahorramos estamos menos propensos al endeudamiento, porque necesitamos menos dinero de terceros (llámese bancos, o posibles prestamista) y utilizaremos nuestros propios recursos, sin el costo de los intereses que tiene un crédito, y que a veces superan con creces, el monto de la deuda original.

Forjando el hábito de ahorro

Volviendo a María, ella tampoco necesitaba que la despidieran para que empezara su hábito de ahorro. Ella tendría una situación financiera más holgada, si hubiera contado con un ahorro, y con una actitud de ahorro, es decir, posiblemente su tarjeta de crédito no se hubiera convertido en la fuga de dinero que tendrá que afrontar, producto de una deuda que fue alimentada pagando un monto mínimo, que en su mayoría iba destinada a pagar intereses y mínimamente a pagar el saldo de la deuda.

Para continuar con esta historia, tres meses después de su despido, María consigue un nuevo trabajo, pero ganando un 40% menos de lo que ganaba en su último trabajo, pues el trabajo anterior incluía un plan de beneficios que le reconocía su antigüedad.

Ahora, María deberá de ajustar sus gastos a su nueva realidad, es decir deberá de modificar sus hábitos de consumo obligada por su nueva situación. Esto quiere decir que María podía  ahorrar mientras trabajaba, podía haber construido un capital, podía endeudarse menos, y podía planificar sus gastos cuidadosamente. 

Imagen de Mel Gama en Pixabay

Reflexión

No sea como María, usted SÍ puede ahorrar hoy, es cuestión de que empiece, aunque sea con un monto pequeño. Haga del ahorro un hábito, planifique sus gastos, use su dinero inteligentemente, edúquese financieramente y goce los frutos obtenidos. 

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Gerardo Calvo es Licenciado en Administración de Negocios con énfasis en Finanzas de la Universidad de Costa Rica. Posee una maestría en Gerencia de Proyectos de la Universidad Estatal a Distancia en Costa Rica. Es egresado del curso “Formación de Agentes Corredores de Bolsa”, (INDECAB) y egresado del curso para Asesores de Fondos de Inversión de la Cámara Nacional de Sociedades de Fondos de Inversión de Costa Rica. Se ha desempeñado como Ejecutivo de Fondos de Ahorro y Pensión en dos operadoras de pensiones. También se ha desempeñado como Ejecutivo de Banca Corporativa y fue miembro de una Comisión de Crédito en la banca pública de su país. Cuenta con una trayectoria de 23 años en entidades financieras.