3 RAZONES PARA NO ENDEUDARSE EN UNA MONEDA DIFERENTE A LA QUE RECIBE SUS INGRESOS

En Costa Rica, el consejo que sabiamente han brindado las autoridades económicas y personas avezadas en la materia siempre ha sido: “si debe adquirir una deuda, hágalo en la moneda en la que recibe sus ingresos”. Si no gana en dólares, no se endeude en dólares.

El consejo es sabio por varias razones que se desarrollarán a continuación.

El largo plazo potencia el riesgo de impago del crédito

Guerra, pandemia y devaluación, incremento de tasa de interés ¿Le suenan estas palabras? Normalmente las dos primeras hasta hace poco se escuchan de forma recurrentemente. La guerra de consecuencias mundiales, se veía como algo del pasado y poco probable. La última pandemia (antes del COVID) fue hace más de 100 años.

Devaluación: Un alto precio que pagar

Lo cierto es que la devaluación de la moneda en Costa Rica (pérdida de valor de la moneda local, frente al dólar), sí es una variable muy conocida en esta economía, siendo influida entre otras cosas, por variables como las guerras y las pandemias.

En Costa Rica, solamente la palabra devaluación, debería ser suficiente para persuadirnos de no endeudarnos en una moneda diferente a la que recibimos nuestros ingresos.

Aun cuando en ciertos períodos de la historia reciente la moneda costarricense (el colón), llegó incluso a apreciarse con respecto al dólar o se mantuvo relativamente estable sin grandes cambios, según nos muestran las estadísticas del Banco Central de Costa Rica,  del 2011 a mediados del 2016, no debemos perder de vista que en el largo plazo, la moneda débil colón, generalmente se devalúa frente a la moneda fuerte (dólar).

Los créditos de montos importantes, normalmente para compra de vivienda, o cualquier bien inmueble, son de largo plazo veinticinco o treinta años, lo que nos expone a una suerte de variables impredecibles como las mencionadas, entre otras; por eso, asegurarse de que la menor cantidad de variables exógenas afecten nuestro crédito, es una tarea importante.

Piense a futuro – largo plazo

Si un costarricense, o alguien de cualquier nacionalidad que no genera dólares, se endeuda en esa moneda, siendo sus  ingresos en otra moneda diferente, está dejando al azar, el futuro de su crédito, de sus ingresos y del  bien que garantiza la deuda, usualmente una casa u otro bien valioso. 

No es raro que una persona deje de pagar su crédito de vivienda, porque se vuelve muy caro pagar una cuota que mes a mes crece, con cada movimiento del tipo de cambio hacia el alza, máxime si el crédito fue otorgado pagando una prima mínima, es decir financiando casi la totalidad del precio de compra de una vivienda, o incluso, financiando el 100% de la compra, como ofrecen algunas instituciones financieras.

Adicionalmente a la situación descrita en el párrafo anterior, quizás el crédito se otorga con una capacidad de pago ajustada a los requerimientos mínimos del acreedor, lo que estrecha más las posibilidades del deudor, haciendo que cualquier alza en el tipo de cambio o cualquier otra situación desafortunada, le impida pagar su crédito.

En Costa Rica muchas personas se endeudan en dólares pese a ganar sus ingresos en colones, pues piensan únicamente en el corto plazo, en el cual, posible y momentáneamente, la cuota del crédito (haciendo la conversión respectiva), podría ser más baja en dólares que en colones, pero en el largo plazo la historia es otra.

Debe considerarse que un crédito de vivienda, usualmente de muy largo plazo (25 o 30 años), y que normalmente la moneda débil, en este caso el colón, de deprecia frente a la moneda fuerte (dólar), haciendo cada vez más cara, la adquisición de dólares para pagar la cuota de la deuda.

Tasas de interés variables

Otra consideración que debemos adicionar a este escenario, es que las tasas de interés en dólares, utilizadas como referencia de estos créditos, como por ejemplo la tasa Prime, muy utilizada en Costa Rica, se define en otra economía que no tiene nada que ver con las condiciones propias del país local.

Si bien la tasa Prime ha mostrado poca volatilidad a lo largo de los años, como entre el  año 2014 y 2022, según los valores mostrados en la página web del Banco Central de Costa Rica, lo cierto es que con este factor externo, que adicionamos a nuestro crédito, estamos generando más incertidumbre (riesgo), a un crédito que usualmente es de largo plazo.

Echar agua en un canasto: La anatomía del crédito

Por otro lado, debe considerarse que, en los créditos de largo plazo, es hasta los últimos años en donde la composición de la cuota favorece un aporte mayor a la amortización de la deuda, es decir es hasta los últimos años del crédito, cuando usted empieza realmente a hacer un aporte o pago significativo al saldo de la deuda, es por eso por lo que al comienzo del crédito si no se hacen aportes extraordinarios, usted verá que pasan los años y el saldo de su crédito no disminuye mayor cosa.

Su deuda gana valor

Si a lo anterior le agregamos que su crédito está en una moneda que más bien, en la mayoría de los casos gana valor, el saldo adeudado en lugar de disminuir crecerá, en términos de su moneda local, en este caso, en término de colones. Esto sucede primero por la poca amortización que usted hace del crédito durante los primeros años, y luego por el incremento del saldo adeudado, producto del valor que gana su saldo en dólares frente al colón, es decir: ¡USTED DEBE MÁS COLONES!.

Su cuota no disminuye la deuda

Haciendo una analogía, el pago que usted hace durante los primeros años de la deuda, es como verter agua en un canasto, el agua se escurre entre los tejidos de canasto, el agua no se retiene en el canasto – como la cuota pagada por su crédito se escurre entre los intereses.

Lo que usted va pagando del crédito, reitero, durante los primeros años de la deuda, no disminuye significativamente el monto de esta, el pago no tiene un impacto importante en la disminución de su saldo, porque su cuota está compuesta mayoritariamente por intereses.

Entonces a pesar de que usted puede sentir que está pagando una cuota alta, es muy poco lo que usted realmente aplica a disminuir el saldo adeudado.   

Imagen de Wilfried Pohnke en Pixabay

 Reflexión

En el largo plazo se hace difícil predecir el impacto que, en ese horizonte de tiempo, puede afectar su deuda, como han sucedido hasta hoy con la pandemia, la guerra en Ucrania, el aumento acelerado de la devaluación en los últimos meses, así como la tendencia de las tasas de interés y otro sin fin de variables no predecibles.

Si bien no controlamos todas las variables, al menos tenemos la potestad de mitigar un poco el riesgo, tomando deuda en la misma moneda en la que recibimos nuestros ingresos. 

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Gerardo Calvo es Licenciado en Administración de Negocios con énfasis en Finanzas de la Universidad de Costa Rica. Posee una maestría en Gerencia de Proyectos de la Universidad Estatal a Distancia en Costa Rica. Es egresado del curso “Formación de Agentes Corredores de Bolsa”, (INDECAB) y egresado del curso para Asesores de Fondos de Inversión de la Cámara Nacional de Sociedades de Fondos de Inversión de Costa Rica. Se ha desempeñado como Ejecutivo de Fondos de Ahorro y Pensión en dos operadoras de pensiones. También se ha desempeñado como Ejecutivo de Banca Corporativa y fue miembro de una Comisión de Crédito en la banca pública de su país. Cuenta con una trayectoria de 23 años en entidades financieras.